Envuelta en pensamientos

Sentada en mi terraza me envuelvo en pensamientos
Siento un escalofrió el escribir este poema
El humo del cigarrillo me produce una suave tos
Tu voz se convierte en un brusco fonema...
Entraste en mi vida para salir inmediatamente
Diste para quitar sin ningún remordimiento
Invadiste mi pobre corazón y mi mente
Fardaste de agua delante de un sediento...
Mi cigarrillo se consume lentamente dejando ceniza
Mi piel sufre un agradable tacto del diablo
Mi corazón sigue latiendo voluntariamente, sin prisa
Mi mente plasma en el papel lo que no hablo...
Mira, que tu alma impura que a Dios pertenece
Rompió algo que mi ser llama confianza
Y tu ida, que ni si quiera un adiós merece
Me dejo sola, y con tan poca esperanza...

Martina Piechaczek
(2º Bch. B)