Ese deseo incontenible que siento de hacerte mío, chico, de poseerte, de tocar tu piel, tus labios; una vez más.
Sin embargo no está en mis manos luchar por tu corazón, que a Dios pertenece, ni si quiera era digna para recibir tu cariño...
Pero gracias a que mi ser pasa de una etapa mítico-religiosa a otra completamente distinta, nueva, virgen; la filosófico-científica te dejaré marchar. Abandonaré las creencias míticas... tus creencias y concentraré mi alma en la racionalidad , libres principios y mis propios mandamientos.
Así que te veo, veo ese "chico primitivo" que quise, marcharse y al mismo tiempo entran en mi cabeza pensamiento crítico, racional, empírico... que me invade.
Y al dejarte volver a la mítica, la Filosofía me aprieta la mano y me lleva...
Martina Piechaczek
2º Bach.-B